Mientras se preparaba para empezar la prueba de natación, Abel recordaba que la noche anterior soñó con un pez que le indicaba: “Para ganar debes recitar soy un pez, soy un pez, soy un pez”. Se puso muy contento al ver que había nadado mucho más deprisa que cualquiera de sus amigos de cinco años. Al irse a dormir dijo a sus papás: —en la piscina me he convertido en un pez. A la mañana siguiente la madre contuvo un grito cuando al hacer la cama de su hijo, encontró un puñado de escamas.
domingo, 22 de junio de 2014
MICRORRELATO - ABELATÚN
Microrelato seleccionado para aparecer en el libro del II Concurso de Microcuentos “Érase una vez un microcuento” de Diversidad Literaria
Mientras se preparaba para empezar la prueba de natación, Abel recordaba que la noche anterior soñó con un pez que le indicaba: “Para ganar debes recitar soy un pez, soy un pez, soy un pez”. Se puso muy contento al ver que había nadado mucho más deprisa que cualquiera de sus amigos de cinco años. Al irse a dormir dijo a sus papás: —en la piscina me he convertido en un pez. A la mañana siguiente la madre contuvo un grito cuando al hacer la cama de su hijo, encontró un puñado de escamas.
Mientras se preparaba para empezar la prueba de natación, Abel recordaba que la noche anterior soñó con un pez que le indicaba: “Para ganar debes recitar soy un pez, soy un pez, soy un pez”. Se puso muy contento al ver que había nadado mucho más deprisa que cualquiera de sus amigos de cinco años. Al irse a dormir dijo a sus papás: —en la piscina me he convertido en un pez. A la mañana siguiente la madre contuvo un grito cuando al hacer la cama de su hijo, encontró un puñado de escamas.
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