sábado, 17 de octubre de 2015

RELATO BREVE - EL HEROISMO DE "EL NENE"


Manuel nació en el seno de una familia muy humilde al otro lado del Atlántico y el mejor juguete con el que disfrutó fue un balón que su madre había encontrado en una papelera. Con el tiempo, un ojeador descubrió su talento con el esférico y le fichó para jugar en el equipo local.

Con su madre, viuda desde hacía años, se estableció en un piso grande y luminoso. Su nombre fue sonando a medida que sus goles levantaban de los asientos a los hinchas de la ciudad. Después de varios años, durante el mercado de invierno, le fichó un equipo español de segunda división: el Villarrando. La temporada se presentaba difícil y para remate, en el primer partido como titular, la entrada de un jugador contrario le provocó una lesión, que le mantuvo fuera de los campos durante dos meses.

Se acercaba el final de la liga y el Villarrando figuraba entre los primeros de la tabla. La decisión de haberle contratado se cuestionaba en todos los informativos. Comparado con los fichajes de los grandes equipos, el suyo había costado poco dinero, pero la sensación general era que había sido un gasto inútil, dado que su tan esperado tiro a puerta no se había llegado a producir.

Su reaparición tres partidos antes del final de la liga fue espectacular; metió dos goles que pusieron en pie a los espectadores. Al finalizar el penúltimo encuentro todos tenían claro que si ganaban el siguiente, subirían a primera.

Los problemas económicos acuciaban al club, o para ser más precisos, al presidente de la entidad, quien por boca del entrenador, informó a los jugadores que carecían de los recursos necesarios para las obras que deberían acometer si ascendían. No hacía falta decir más, todos sabían lo que tenían que hacer.

El Nene, como le habían bautizado los comentaristas, no pudo dormir en toda la noche; su futuro pendía de un hilo. Si descubrían el engaño su carrera se acabaría.

Llegó el día del partido y al salir al campo, el clamor del jugador número doce le puso la carne de gallina. El primer tiempo terminó con empate a cero. El gentío abucheaba a su equipo viendo que no se esforzaba como debía. En el vestuario lo discutieron entre todos: estaban engañando a una afición por la codicia de su presidente.

En la segunda parte, el espíritu cambió y atacaron con ganas la portería contraria. El público, ahora, les aplaudía agradeciendo su juego. Así comenzaron a llegar balones a los pies de El Nene.

—¡Goool...! —rugió los asistentes con el primero que marcó en el minuto diez.

—¡Goool! —retumbó el campo con el segundo.

—¡Gol, gol, goool de El Nene! Ya estamos en primera división —se desgañitó el comentarista de la radio local.

Todos los medios de comunicación, le calificaron de héroe. Su madre le expresó su parecer sobre los artículos que habían leído.

—Los periodistas usan la palabra héroe a la ligera. Hijo, para mí tu heroísmo se basa, no en meter goles para que tu equipo ascienda, sino en trabajar y no dejarte influenciar por las intenciones de unos sinvergüenzas a los que deberías denunciar.

Después de estas palabras, Manuel llamó a varios jugadores. Todos se pusieron de acuerdo en ir a la oficina del presidente para hablar con él, ya que bien podría ser que el entrenador les hubiera mentido.

Mientras tanto, en su despacho, el presidente del club, Aniceto Domingo, destruía papeles; sabía lo que se le venía encima. La gesta del futbolista destaparía el robo que había estado llevando a cabo durante años.

Llegaron cuando el presidente se dirigía hacia su coche portando varias bolsas de plástico. Al verles corrió hasta el vehículo, pero los jugadores fueran más rápidos que él y le rodearon. Sus prisas confirmaron que ocultaba algo y, para más evidencia, vieron como una bolsa se rompía, dejando escapar de ella fajos de billetes.

Poco después, un titular rezaba: «Aniceto Domingo ha sido detenido por un presunto delito de estafa. Fue desenmascarado por los jugadores del equipo que él presidía, que se han comportado como lo que son: unos auténticos héroes».

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