Medalla de plata en Netwriters Gigantes - Tema: Música - 7/05/2014
Su violín desgranaba las notas del “Para Elisa” de Beethoven. Bailaba sin moverse, con los ojos cerrados, al compás de los latidos de la madera cuyo perfume le llegaba a lo más profundo de su alma. Virtuoso e instrumento formaban parte de una misma armonía, única y celestial. Los dedos saltaban de cuerda en cuerda a la vez que los pies marcaban el compás dando expresividad a la melodía que salía de su arco. Nacía y sucumbía al ritmo de los cadenciosos acordes. Y yo le observaba dejando escapar unas lágrimas furtivas, transportándome a un lugar cercano en un tiempo lejano.
Su violín desgranaba las notas del “Para Elisa” de Beethoven. Bailaba sin moverse, con los ojos cerrados, al compás de los latidos de la madera cuyo perfume le llegaba a lo más profundo de su alma. Virtuoso e instrumento formaban parte de una misma armonía, única y celestial. Los dedos saltaban de cuerda en cuerda a la vez que los pies marcaban el compás dando expresividad a la melodía que salía de su arco. Nacía y sucumbía al ritmo de los cadenciosos acordes. Y yo le observaba dejando escapar unas lágrimas furtivas, transportándome a un lugar cercano en un tiempo lejano.
Eché una moneda al bote y seguí mi camino.
Qué bonito... me ha hecho pensar... :-)
ResponderEliminarMuy bonito, Marga. Estupendo, :)
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